viernes, 26 de abril de 2013

De autoridad y cachetes

"La familia no educa solamente a los hijos. Educa también a los padres"


A raíz de nuestro artículo "El cachete también es violencia" publicado en Facebook, una de nuestra lectoras nos hizo una aportación muy interesante motivada por un artículo anterior leído en la edición digital de 'Málaga hoy', sobre el juez de menores granadino Emilio Calatayud, donde reivindicaba la necesidad de un pacto educativo "en el que todos estemos implicados porque todos somos responsables.
En realidad fue un comentario al artículo que no llegaron a publicar, pero merece la pena hacerlo, así que con su autorización y mi agradecimiento, aquí os lo transcribo:
De que pacto quieren hablar, el cinismo y la comodidad se ha instalado en nuestra sociedad de progres, me acuerdo que hace unos meses el congreso apoyó por mayoria de todos los partidos (QUE A UN NIÑO NO SE LE PUEDE TOCAR EL PELO) ¿ Luego entonces de que nos quejamos ? El maltrato infantil es una cosa y el que tu les des un cachete a un niño caprichoso otra, sin embargo la ley no hace diferencias, un padre o madre puede acabar en la cárcel por una bofetada.
 
Analicemos idea por idea:

 
1º: Nuestra sociedad es muy plural, es de progres, de fachas, de quinquis, de tolerantes, de extremistas, de egoístas, de sensatos, de pacientes, de impacientes… ¿qué quieres ser tú, qué quiere ser cada uno? La sociedad somos todos, los cínicos y los cómodos somos nosotros mismos. Dejemos de culpar de todo a ese fantasma social y hagamos algo por mejorarlo, si es que tanto nos disgusta. Pero seguir defendiendo la violencia como herramienta para educar no es el mejor ejemplo. La violencia engendra violencia, rencor, odio, dolor, impotencia, frustración, rabia. Y nada más que eso. No sirve para nada bueno. 

 
2º: El maltrato infantil es una cosa y el que tú le des un cachete a un niño caprichoso otra, o bien, “El maltrato machista es una cosa y que tú le des un cachete a una mujer caprichosa otra”, o también, “El maltrato animal es una cosa y que tú le des una patada a un perro caprichoso otra”… ¿Qué lectura le damos? ¿Cuál es la diferencia? ¿Que el niño no es un adulto, o que es “nuestro”? La agresión a un niño es siempre un abuso de autoridad, aunque sea un cachete. ¿Por qué no lo hacemos también con un vecino caprichoso, o con un jefe caprichoso, o con una suegra caprichosa? Evita que el niño llegue a ser un caprichoso. Esa es la clave, no el cachete. No le hagas pagar a él con tu violencia tu incapacidad como educador.

 
3º: Tampoco tú haces diferencias cuando aplicas la bofetada indiscriminadamente, porque tú le creas caprichoso, sin saber si a ese niño y en ese momento concreto le va a hacer reaccionar, le va a reafirmar aún más en su postura caprichosa o le va a hundir en la miseria, porque cada persona es un mundo, y ¡oh, sorpresa, los niños también entran en la categoría humana! Todo esto no significa la permisividad por sistema, la relajación de las normas o la ausencia de ellas. Es simplemente incluir el respeto, y no el cachete, en el proceso educativo. Por algo hemos empezado: celebro la decisión del Congreso, cuando vea a un adulto agredir a un niño ya podré denunciarlo.
Por Ángeles López, maestra de primaria.



 
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viernes, 19 de abril de 2013

EVOLUCIÓN DEL BEBÉ: El control de esfínteres I

Os dejo con este excelente artículo sobre el control de esfínteres (quitar el pañal) de los bebés, por Maria Paula Cavanna, con su autorización para publicarlo en este blog y mi agradecimiento por ello.


El control de esfínteres no se aprende.
Se adquiere cuando el niño está maduro para ello.
Caminar, hablar, comer, son funciones que se adquieren, cuando los niños están lo suficientemente maduros. Son adquisiciones paulatinas, lentas, que llevan mucho tiempo.

Aunque la estimulación puede influir en algunos niños, lo cierto es que todos intentarán caminar alrededor del año, comer alrededor de los 6 meses, y controlar esfínteres entre los 2 ½ y 3 años. No hay ningún apuro, puesto que la edad para comenzar a hacer todas estas cosas, no tiene relación alguna con el desempeño posterior en la vida adulta, y a nadie le van a preguntar en la universidad, a qué edad aprendió a caminar. Los adultos deberíamos preguntarnos qué nos pasa que estamos tan apurados por conseguir logros en nuestros hijos.

Al haber fijado como “normal” la edad de 2 años para el control de esfínteres, nos hemos creado un problema y sobre todo, se lo hemos creado a nuestros hijos.

Bien entrada la segunda mitad del segundo año de vida (o sea, después del año y medio) algunos bebés pueden empezar a darse cuenta cuando tienen sucio el pañal e incluso a saber cuando “se están haciendo”. Este es un lento proceso que puede llevar alrededor de 2 años más, desembocando en el control de esfínteres.

Es frecuente escuchar a las mamás excusando a sus hijos que se hicieron encima, diciendo “estaba tan entretenido jugando, que se olvidó”, o preguntando millones de veces antes de salir de cada lugar, si quieren hacer pis, o limitando la ingesta de líquidos a la noche para que aguante sin mojar la cama. Cuando el control de esfínteres está adquirido, estas escenas son infrecuentes. A los adultos y a los niños mayores no nos ocurren estas cosas.

ESPERAR A QUE LLEGUE EL VERANO
Aprovechar el verano para quitar los pañales es una conveniencia de los adultos. Así aprovechamos con el niño de un año y medio, con el de 2, con el de 2 y medio indistintamente. Perseguimos entonces a los niños incansablemente preguntándoles si tienen ganas de hacer pis, les tocamos las ropas, los sentamos en el inodoro sin ganas, e invertimos preciosas horas en comunicarnos en este nueva escala de valores donde lo más importante, lo que pone feliz o triste a mamá, es “si me hice o no me hice”.

Quizás el mito del verano nos haya sido heredado de la época de los pañales de tela, pero hoy en día, con los descartables, con lavarropas automáticos, no hay motivo alguno para apurar los procesos evolutivos de nuestros hijos.

Algunos podrán controlar temporalmente esfínteres, cuando todos estamos de vacaciones, y tienen a mamá todo el día consigo, pero al comenzar las clases, las exigencias, las separaciones, vuelven a “retroceder”, dejando en claro que aún no pueden ocuparse de controlar esfínteres en situaciones donde están frágiles emocionalmente.

¿QUÉ NOS PASA A NOSOTROS?
Los adultos no hablamos entre nosotros de pises y cacas. La etapa de adquisición del control de esfínteres de nuestros hijos, nos enfrenta con muchas cosas que quizás nos cuesta ver: el placer de los niños al poder decidir casi por primera vez, si retienen su pis o su caca, y hacerlos donde y cuando los desean; la delimitación de una zona de autonomía, de la cual quedamos excluidos.

Es un espacio de poder, donde son ellos quienes deciden y les causa placer estrenar esta capacidad de hacerlo por sí mismos. Nos cambia radicalmente de lugar: aquí no podemos ordenar, ni forzar, ni apurar las cosas. Cada uno hace cuando quiere.

Nos incomodan ciertos placeres de nuestros hijos... la succión, la masturbación (mi hijo no!!!, Jamás!!!!!) las conductas autoeróticas, y nos incomodan tanto que arremetemos contra ellos, en lugar de volver sobre nosotros mismos a ver qué nos pasa.

DE DIA Y DE NOCHE
El control nocturno merece un capítulo aparte. Aunque un niño controle esfínteres durante el día, pueden pasar aún muchos meses más hasta poder hacerlo por la noche. Usualmente se dice que luego de varias noches con el pañal seco, el bebé está listo para dormir sin él.

A la hora de pensar en esto, es importante tener en cuenta que:

-El niño debe estar de acuerdo y saber exactamente qué está ocurriendo, qué se espera de él (“Como hace varias noches que no mojás el pañal, te gustaría probar dormir sin él? Te pondré un plástico debajo de la sábana para que no te preocupes si te haces pis, y probaremos. Si no querés, probamos más adelante”)

-Como todo proceso, el control de esfínteres no es algo lineal, sino que habrá muchos avances y retrocesos. Esto es parte de lo esperable, y lo más importante es que nuestros hijos sepan que los acompañamos en este proceso y lo esperaremos todo lo que haga falta.

-En cualquier orden de la vida, el reforzamiento positivo es beneficioso (“qué bien lo hiciste, estoy orgullosa de vos”, “casi llegamos al baño esta vez, la próxima será mejor aún”). Bajo ningún concepto es aceptable que retemos al niño, que lo humillemos, que lo ridiculicemos o comparemos con otros amigos o hermanos que ya han logrado el control de esfínteres. Recordemos que no hay nada que él pueda hacer para controlar. No depende de que se acuerde, de que esté atento, ni de nada de eso. Se debe estar MADURO para eso, y humillarlos o pretender acelerar el proceso es tan ridículo e infructuoso como gritarle a una oruga pretendiendo que se convierta en mariposa.

DOBLES MENSAJES
Una pregunta muy frecuente en las mamás que consultan, es que temen darle un doble mensaje a su hijo si le vuelven a poner el pañal una vez que se lo han quitado.

SIEMPRE se puede volver atrás.

Los papás consultan atemorizados porque su hijo se puso “regresivo”. No se puede hablar de regresión en un niño de 2 ó 3 años, porque no se puede regresionar a un lugar del que nunca se ha salido.

Otra preocupación muy común es la de los mensajes contradictorios. Personalmente creo que damos tantos mensajes contradictorios a nuestros hijos todo el tiempo, que en el peor de los casos, este sería uno más. Pero no lo es. El único mensaje debiera ser “Te acompaño, y si ayer pudiste estar sin pañal y hoy lo necesitas, te lo pondré”. Los chicos tienen cosas mucho más interesantes que hacer a esta edad, antes que estar todo el día preocupados en sus pises y cacas.

Es común que lleguen al consultorio chicos con un diagnóstico de “enuresis secundaria”(que quiere decir que se hacen pis o caca luego de haber adquirido el control de esfínteres), cuando en realidad , indagando, invariablemente son chicos a quienes se les ha “sacado el pañal” demasiado pronto, y nunca han adquirido verdaderamente el control de esfínteres.

En estos casos, sin importar la edad de quien consulta, la solución pasa por volver a usar el pañal, por el tiempo que sea necesario, sin vivirlo como algo humillante, como un retroceso o como un castigo, sino simplemente entendiendo que esta función debe terminar de adquirirse, y como adultos, acompañaremos todo el tiempo que haga falta.

Algo comenzará a cambiar cuando dejemos de decir “le saqué la teta, le saqué el pañal, lo saqué de nuestra habitación” , y podamos tener la paciencia suficiente como para esperar a que sean ellos quienes nos indiquen el camino a seguir.


María Paula Cavanna
Lic. en Psicología
Puerperio-Lactancia materna-Crianza

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viernes, 12 de abril de 2013

¿Cesáreas innecesarias? ¿Y eso qué es?

 
Imagen del libro "Cesárea. Más allá de la herida", Ed. Obstare

A menudo oímos hablar de cesáreas "innecesarias", pero siempre creemos que la nuestra no era "de esas", la nuestra tenía razones de sobras... ¿no?
La OMS (Organización Mundial de la Salud) dice que no puede justificarse que ningún pais tenga mas del 10-15% de cesáreas; en España estamos sobre el 30% aprox. (un poco menos en la sanidad pública y bastante más en algunas privadas). ¿Eso quiere decir que las mujeres españolas -o de cualquier otro país- son en un 30%, 40% ó 50% AMORFAS? ¿Que nuestro cuerpo no es capaz de traer al mundo al bebe que tan perfectamente gestó durante nueve meses?
Algo no funciona, aquí hay algo que no cuadra cuando nos dan los motivos para habernos hecho una cesárea... Y es que si esas cesáreas DE MAS se siguen haciendo SIN MOTIVO, está claro que eso no es lo que nos dicen, alguna razón nos darán, no? Otra cosa es que sea cierta o no, y es que por norma, nos creemos lo que nos dicen sin dudar un instante. Para saber la verdad hay que moverse un poquito, leer, informarse...
Es triste, pero muchas cesáreas se realizan por motivos tan ruines como evitar que la madre se ponga de parto en las vacaciones del ginecólogo, porque una cesárea les supone el doble de ingresos que un parto, o sencillamente porque no tienen ganas de esperar hasta que el parto funcione por si mismo. Y EVIDENTEMENTE, no te dan ese motivo como razón médica que justifique tu cesárea, por lo que los motivos que nos dan son... falsos!
  • Si, a veces hay que hacer una cesárea, éstos son los casos reales
  • Algunas causas absurdas de cesárea:
Bebe de nalgas / Cesárea previa/ Demasiado estrecha (a ojo del médico, claro) / demasiado baja / Bebe grande / pequeño / madre mayor / madre joven/ Bebe que "no baja" / Mamá que "no dilata"/ Útero "demasiado fino" (todos lo son al final del embarazo) [...] Lee más sobre ello.

CASO:
Bebe que nace por cesárea después de 18 horas de parto. Se ingresa en el nido durante tres días.

MOTIVOS:
Madre con mucha fiebre, bebe con posible sufrimiento fetal, que no baja, que se ha atascado.

¿Es una cesárea NECESARIA?
Si, ese bebe podía estar en peligro, y su madre también.
¿Es una cesárea INNECESARIA?
Si, ese bebe y esa madre estaban en peligro PORQUE LOS PUSIERON EN PELIGRO.

¿Cómo?
Llega la mama al Hospital con contracciones, le hacen un tacto, dos centímetros de dilatación.
La ingresan, le ponen un enema con el que se retuerce el en WC un buen rato, le abren las piernas, la rasura un médico en prácticas que no conoce de nada, le dan un camison con el culo al aire, le ponen un suero, le ponen una correa y le dicen que se tumbe en la cama.
Las contracciones le duelen mucho tumbada. Otro tacto, un centímetro más.
Pasa una hora, alli tumbada le parece que no va a dejar de sufrir nunca, le hacen otro tacto, sigue con 3 cm. ¿TANTO DOLOR PARA NADA??? Comienza a ponerse nerviosa, sigue tumbada. Pasa otra hora, le hacen otro tacto, sigue igual. Se desespera. Comienza a no tolerar el dolor... ¡¡¡¿cuánto va a durar aquello???!!! Pide una epidural. Se la ponen. Otro tacto: El parto se ha parado, parece que se ha detenido. Ahora hay que "ayudar" con un poquito con oxitocina, para que el parto vuelva a ser dinámico. Quizá también rompemos la bolsa, para ayudar, claro. Ahora comienza a padecer el bebé, con cada contracción su latido disminuye. ¿Qué pasa ahora? ¿Esta bien mi bebe??? La mamá siente miedo, angustia, quiere que aquello acabe ya. Vaya, lleva ya 10 horas de parto, y encima ahora tiene fiebre. Le ponen antibiótico. Sube su tensión arterial. Le hacen otro tacto: el bebé no baja. Pasan dos horas más, apenas ha llegado a 5 cm y el bebe "sigue sin bajar", parece que se ha torcido, quizá la pelvis es estrecha y "no pasa", será que esta mamá no venía con el "kit de parto" y no vale para parir.
Comienzan a hablar de tiempo, ya lleva muchas horas con la bolsa rota, y tiene fiebre, y el bebe no responde bien a las contracciones. "Le daremos un rato más...". La mamá tiembla: ¿Qué sucede? ¿Qué ocurre? ¿Mi bebe está bien? Pasan dos horas más, y otras dos... el bebé se ha torcido, el parto no avanza, el bebe tiene posible sufrimiento fetal, la mamá está cansada, agotada, nerviosa, no podemos esperar más...: CESÁREA.

¿QUÉ OPINAS??? ¿Es una cesárea necesaria?
Con dos centímetros podría haber vuelto tranquilamente a casa, darse un baño, pasear con su marido, tener unos masajes, tomar un chocolate, estar tranquila y relajada en casa hasta avanzar más en la dilatación. Si en lugar de volver a casa, esa mama se hubiese quedado en el hospital pero no hubiese tenido gotero ni control fetal contínuo, se habría podido mover. Si se hubiese podido mover, habría visto que cambiando de posición las contracciones son más llevaderas y dejando que su cuerpo la guiase para respirar correctamente, habria comenzado a segregar endorfinas, una sustancia que genera nuestro cuerpo, capaz de hacernos aguantar el dolor, el esfuerzo, que nos atonta un poco. Si no se hubiese sentido intimidada con rasurado, con enema, con gotero, con tactos de personal que no conoce, se habría sumido en su parto y no habría desconectado de él inconscientemente. (Para parir se necesita lo mismo que para hacer el amor: intimidad, ante todo). Si no se hubiese puesto nerviosa no habría segregado ADRENALINA, que inhibe la producción natural de oxitocina, necesaria para las contracciones de parto:
NERVIOS = ADRENALINA = NO OXITOCINA = NO PARTO. 
Si no se hubiese puesto nerviosa, su parto habría avanzado: 2 cm de dilatación, tres, cuatro... seis, siete... 10 cm. Si se hubiese podido mover y hubiese conocido otros métodos para aliviar el dolor, no habria pedido la epidural (o al menos no tan pronto).

La epidural aumenta el riesgo de fiebre materna de forma proporcional a las horas que lleva puesta.
La epidural baja la tensión de la madre, por lo que es necesario que nos pongan suero, algo que nos vuelve a "atar".
Los tactos aumentan el riesgo de infección y nos ponen más nerviosas por lo que "avanzamos o no avanzamos" en el proceso de parto, nos hacen pensar en números, en tiempo, y desconectamos nuevamente del parto, otra vez lo relentizamos o paramos.
Si no hubiésemos tenido la epidural tan pronto y no nos hubiésemos puesto nerviosas o sentido intimidadas, quiza nuestro parto no se habría parado. Si no se hubiese parado, no nos habrían puesto oxitocina sintética.
La oxitocina sintética provoca contracciones más fuertes, largas e intensas, que agotan a la madre y al bebe porque no le dejan recuperarse entre una y otra (como hacen las naturales), ademas de provocar hipertonia uterina (situación en la que después de la contracción uterina no se consigue la relajación completa del útero) y aumentar las posibilidades de ruptura uterina.
Si la mamá se hubiese podido mover, andar, cambiar de postura, rotar las caderas... su bebe se habría beneficiado de la fuerza de la gravedad para poder bajar y no quedarse "atascado", ademas habría ayudado a la mama a dilatar (al hacer presión la cabeza del bebe sobre el cuello del útero). Y es que es muy dificil "descender" por el canal de parto si el canal de parto está hacia arriba, como ocurre cuando la madre está tumbada.
Asi que hacen la cesárea, y como la mamá tenía casi 40 de fiebre por llevar tantas horas con la bolsa rota (además, la rotura artificial de membranas compra puntos para un prolapso de cordón), el bebe queda en observación ingresado por si acaso la madre le ha pasado la infección. Pero si la madre no se hubiese tirado tantas horas con la bolsa rota, si no le hubiesen hecho tantos tactos y no hubiese tenido la epidural tanto tiempo, no habría tenido fiebre.

Así que... El sufrimiento fetal se lo podían haber ahorrado eliminando la oxitocina. La oxitocina no habría hecho falta sin la epidural. La epidural no habría hecho falta si la mama no hubiese estado inmóvil. La fiebre no habría ocurrido sin epidural y tantos tactos. Sin fiebre, el bebe habria estado con su madre todo el tiempo.El bebe no se habria torcido si la mama se hubiese podido mover.

¿QUÉ PIENSAS??? ¿ERA NECESARIA?
Si, era necesaria, porque la vida de alguien había sido puesta en peligro. Y el mismo que la puso en peligro, no tuvo más remedio que "salvarla"... a costa de un momento unico, irrepetible, valioso que robó a la madre, el padre y su bebé.
Pero si esa mama hubiese sabido todos estos datos antes de entrar en el hospital, antes de ponerse de parto, antes de decidir quien le atendía, antes de decidir el lugar, seguramente habría acabado en un parto más corto o al menos más llevadero, sin miedo, sin cesárea, feliz. Y, evidentemente, no diría "es que yo no dilataba, es que mi bebé no bajaba, es que era "muy grande", es que se quedó "atascado", es que yo soy muy "estrecha", es que fueron 18 horas de sufrimiento", porque NO habría tenido UNA INNECESARIA.

  • Lecturas muy recomendadas:
LA REVOLUCION DEL NACIMIENTO, de Isabel Fernandez del Castillo y NACER POR CESÁREA, de Enrique Lebrero e Ibone Olza.
"Si estuviéramos diseñadas para nacer por cesárea, llevaríamos una cremallera".
(Ruth)
"A las madres en el parto nos rompen las piernas para vendernos las muletas". (Rompiendo Aguas)

No dejes de leer:

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viernes, 5 de abril de 2013

RCP (Reanimación Cardio Pulmonar)


Espero que nunca necesiteis recordar esto, pero como el saber no ocupa lugar, aquí os dejo un par de enlaces para que sepáis reaccionar de ser necesario.



SERIE DE PRIMEROS AUXILIOS EN CASO DE AHOGAMIENTO EN BEBÉS MENORES DE UN AÑO.
 
 1. Comprobar respiración

 2. RCP con dos dedos



 
Nota: Éste es un blog informativo, no un blog médico, por lo que las respuestas recibidas han de ser consideradas opiniones.

lunes, 1 de abril de 2013

La historia de Karla

El siguiente relato  pertenece en exclusiva a su autora y ha sido cedido voluntariamente para ser publicado en este blog (reproducción literal del texto original).
Por favor, deja un comentario a Karla en agradecimiento por haber compartido su historia con nosotras. 
Queda prohibida toda copia y reproducción.


LA HISTORIA DE PARTO DE LALITO


Mi FPP era el 29 de julio, pero para el 7 yo ya estaba que no me aguantaba!! no era tanto la pancita, sino que Lalito se movía tanto que me lastimaba mucho, no paraba ni de día ni de noche, yo no sé ni a qué hora dormía!! jajaja…además de las agruras que me estaban volviendo loca :/
Más o menos por esas fechas me fui a casa de mis papás en Temixco, Morelos que es donde preveíamos parir a Lalito. Ya habíamos comprado la alberquita y acondicionado el cuarto donde nacería. Me había “mudado” con todo lo necesario para el nacimiento y por lo menos una semana de posparto, porque habría que regresar a la casa para sus vacunas, registrarlo, darlo de alta en el IMSS, etc.
Esas dos semanas me la pasé de lo mejor ( excepto por lo que les comentaba), muy apapachada por mis papás que me ayudaron muchísimo con el buchis, porque ya no podía aguantarle el paso :P , pero el feliz de estar con sus “titos” y de poder correr y jugar a sus anchas…La primera semana tuve la visita de Esteban, mi maravilloso partero, quien me dijo que todo iba muy bien, que Lalito ya estaba muy abajo y que no tardaría en nacer. Yo ya traía contracciones desde una semana antes, pero nada regular y con una intensidad casi nula, por lo que no me preocupaba. Platicamos y platicamos y después nos despedimos quedando en llamar si algo cambiaba. Todo parecía en calma, demasiada calma…y yo ya me empezaba a impacientar, sobre todo porque creíamos que Lalito llegaría cerca de la semana 37-38 y nada más nada, se estaba dando a desear.
El viernes 20 me marido llegaría para quedarse el fin de semana con nosotros y esperábamos que Lalito se decidiera a llegar para poder aprovechar que papi podría estar presente. Perooooo…nooo!! No quiso llegar ese fin de semana. Ya tenía 39 semanas.
Al mismo tiempo, nos enterábamos que, por unos malos entendidos con gente de su trabajo, le descontarían el día viernes, lo cual me llenó de desconsuelo y ansiedad, porque al final, nos pegaba en lo económico, que por el momento no está muy bien que digamos :/
El estrés me invadió, me sentí super mal todo el fin de semana y acabamos peleados. Él se regresó el domingo a México y yo me quedé rumiando mi tristeza, impotencia y desesperación porque todo se estaba haciendo muy lento y además, no quería que, por mi culpa, mi marido tuviera que faltar a su trabajo y sufriera el riesgo de otro descuento o de plano que lo despidieran, si es que Lalito se decidía llegar entre semana. Total que el lunes les pedí a mis papás que nos regresáramos. Guardé y empaqué todo de nuevo (menos la alberquita), enojada y triste porque, de nueva cuenta, las cosas no estaban saliendo como yo las quería.
Todo el camino de regreso tuve muchas contracciones, más o menos regulares, cada 5 min. por espacio de 1 a 2 hrs. que fue el tiempo que hicimos hasta México. No dije nada, porque andaba enojadona y no quería que se alarmaran, pero el caso es que continuaron toda esa tarde, pero ya más espaciadas, aprox. cada 10 min.  Para el día siguiente, martes 24, siguieron igual, cada 5 min. con duración de entre 30 seg. y 1 min.
La situación con mi marido no era la ideal. Seguía muy molesta por la situación y pensando que, si Lalito de plano no nacía para el viernes, el sábado me internaría para que me indujeran el parto. Sí, pensamientos desesperados y tontos, pero que en ese momento sentí con gran intensidad!!
Ese día también tuve un disgusto muy, muy fuerte con él (ya ni recuerdo por qué ¬¬) y en la noche, de plano me bajé a la sala para estar alejada y pensar con calma. Mientras, el dormía al buchis. Empecé a sentir que Lalito se movía muchísimo, posiblemente a consecuencia del coraje que había hecho. Hablé con él y le dije que no estuviera angustiado, que pronto todo se resolvería y que yo trataría de estar tranquila. Sin embargo, se movía más de lo usual, con muchísima intensidad, tanta que pensé: “donde se siga moviendo así, me va a romper algo!!!”  La verdad me sentí muy incómoda, además de las agruras que en ese momento fueron horrendas!!  Decidí irme a acostar para descansar un poco, porque no había podido dormir bien desde hacía varios días. Me levante, di dos pasos y sentí un bajón tremendo y mi pantaleta se humedeció…había roto la fuente!!  Upss…”ya valió” me dije…jejeje.
Eran exactamente las 12 de la noche para amanecer miércoles.
En ese momento sentí una mezcla de emoción, angustia, felicidad, porque por fin acababa todo y comenzaba al mismo tiempo. Íbamos a conocer por fin a Lalito!! A pesar de todo, estaba muy tranquila, nada que ver con una hora antes que sentía que el mundo se me acababa y lloraba de rabia. Le hablé a mis papás y les comenté lo ocurrido. Mi papá medio se apanicó y le empezó a dar miedito, quería que fuera al hospital porque se me había roto la fuente y algo podría salir mal… yo lo tranquilicé diciéndole que todo estaba bien, que teníamos tiempo suficiente y que podíamos estar así todo el día, que íbamos a platicar Jorge y yo qué procedía y que, en cuanto lo decidiéramos, les volvería a hablar. Jorge aún seguía con el buchis (se quedó dormido) y tuve que ir a despertarlo. Cuando salió, todo adormilado, le enseñé mi pantaleta y abrió los ojos descomunalmente y me preguntó medio preocupado y ansioso: “ya??, se te rompió la fuente o qué es eso??” jejeje…le confirmé que se había roto la fuente pero que todo estaba bien, que se tranquilizara. Me preguntó qué quería hacer y le dije con toda la convicción de que fui capaz: “vamos a hablarle a Esteban a ver si puede venir hasta acá. Si sí, pues sería excelente, porque es por lo que luchamos tanto tiempo y, a final de cuentas, tendríamos nuestro parto en casa (literalmente) y, si no puede venir, pues ya vemos y nos lanzamos a un hospital, porque yo al IMSS no voy”. Estuvo de acuerdo y procedimos a hablarle. Al principio no lo localizamos en el celular, intentamos varias veces y nada, y mejor le hablamos a su casa. Nos contestó Angelina, su mamá y partera super, super genial, y le hizo a Jorge algunas preguntas. Enseguida nos comunicó con Esteban y le dije cómo estaban las cosas. Que tenía contracciones espaciadas, pero que en general eran cada 5-7 min. con duración de 40 seg. aprox., que había roto la fuente, que el líquido era claro, olía bien y no era tan abundante, aún no había salido el tapón mucoso, pero poco a poco saldría en el transcurso de esa madrugada. Le pregunté si podía venir, porque de plano ya se nos complicaba mucho irnos rumbo a Temixco a esas horas (ya era cerca de la 1 am), que el buchis estaba dormidísimo y que, pues, lo mejor sería quedarnos en Tecámac. Total que me dijo que no había problema y que venía para acá, que llegaría cerca de las 4 am.
Después de colgar con Esteban, les hablé a mis papás. Les comenté lo que habíamos hablado y me dijeron que venían para acá para ayudarnos con el buchis y con lo que hiciera falta. <3 span="span" style="mso-spacerun: yes;">  Llegaron cerca de la 1:30. Mientras tanto, yo empezaba a sentir un poco más intensamente las contracciones, pero totalmente tolerables, encendí una vela aromática, apagué las luces de la sala y me senté en un puff de winnie pooh, jejeje. Después subí a la recámara para tratar de descansar un poco y monitorear las contracciones con un programa que había bajado a mi compu. Realmente no dormí, pero si pude descansar. Las contracciones iban en aumento en frecuencia y tiempo, de 7 min. se fueron a 5 y de 40 seg. se fueron hasta el 1:30 min. Para entonces ya eran las 4:30 y llegaron Esteban y Angelina…qué sorpresota!! Nunca lo dije abiertamente, pero siempre fue mi deseo que me atendieran los dos, porque sentí que sería padrísimo y, sin querer, se me cumplió!!  Bajé y los saludé, les agradecí su presencia y le comenté a Angelina que me sentía muy feliz de poderla conocer y que me acompañara ese día. Resulta que Esteban tenía que irse ese mismo día, por la tarde a Monterrey a un Foro, y Angelina lo acompañaba para regresarse con el coche y por si algo se ofrecía y tenía que quedarse en lugar de Esteban.
“De vuelta y con una noticia: ya rompí fuente!!! solo es cuestión de esperar...las quiero amigas y las he extrañado horrores...
Últimas noticias!!! jajaja...ay, me paso!! Ya están aquí Esteban y Angelina...ujuuuu!!! todo va muy bien, progresando...les estaremos informando :P”
Angelina sugirió que nos durmiéramos y descansáramos lo más que pudiéramos, checaron cómo íbamos con las contracciones, me dijo que no me revisaría todavía, sino que dejaríamos que evolucionara más el trabajo de parto y ya después veríamos. Así lo hicimos y me volví a recostar, acompañada de mi cel. y escuchando a Lila Downs. La mayor parte de ese tiempo quise estar sola, por lo que todos estuvieron en la sala, acurrucados en el sillón y el piso de fomi y arropados por un edredón, jejeje…Como a eso de las 6, Jorge subió un rato conmigo y se recostó junto a mí, me dijo que le hablaría a su jefe para decirle que no iría a su servicio pero yo le contesté que no, que se fuera a trabajar y que todo estaría bien. Me dijo que quería estar en el parto pero le dije que no se preocupara, que llegaría a tiempo. Cerca de las 6:30 se fue a trabajar y los demás nos alistamos para desayunar. En ese momento se despertó el buchis y se sorprendió de ver tanta gente…bajó preguntando por papá, vio a Esteban, se detuvo y dijo: no papá!! y volvió a encerrarse en su cuarto o.O  ayyyy, mi chiquito!! Tuve que ir por él y decirle que papá se había ido a trabajar, que estaba nuestro amigo Esteban y su mamita y que íbamos a traer por fin a Lalito!! Pareció más tranquilo y se fue a refugiar en los brazos de su “tita”.

Total que estábamos viendo lo del desayuno, pero lo malo es que no había nadaaaa!! jajaja, entonces mis papás dijeron que iban al super por algo para el desayuno. Paso el chavo de los tamales y les dije: “por qué no desayunamos tamales??” a Esteban se le hizo buena idea y empezamos a checar cuántos iban a ser y de qué  y creo que al final él los pagó…jejeje. Ya no supe bien eso porque mi papá, el buchis y Esteban estaban con el chavo y yo estaba en la puerta preguntando de qué era el atole (de vainilla), justo el que no me gusta ¬¬
“Update....3 cm. buen ritmo de contracciones ;)”
Comenzamos a desayunar y yo me subí con mi café con leche y mi tamal al cuarto, mientras feisbuqueaba e intentaba comer sin éxito, porque ya para entonces se me había ido parte del hambre y comenzaba a sentirme más incómoda con las contracciones. Angelina se despertó y pasó a verme y se dio cuenta que ya empezaban a hacer estragos las contracciones. Decidió que era el momento de revisarme. Checaron a Lalito que estaba excelente, muy abajo y que parecía que estaba en posterior, pero nada de preocupar. Me hizo el primer tacto y ya teníamos 3 cm.
“Avanzando...avanzando...contracciones cada vez más intensas :D”
Así transcurrieron las horas y Angelina me dio homeopatía (pulsatilla) para incrementar la frecuencia e intensidad de las contracciones y para que me relajara. Me dio una manteada y masaje, me hizo una terapia de energía y me volvió a revisar…ya tenía 5 cm.!!! Eran más o menos las 9 de la mañana.
En una de esas, bajé a la cocina, no recuerdo para qué y me puse a platicar con Esteban, llegó una contracción particularmente fuerte que me tuve que agarrar de la barra de la cocina. Al mismo tiempo, llegó el buchis corriendo “mamá, mamá” y se me abrazó a las piernas…yo pasando la contracción y viendo a Esteban con una sonrisa de oreja a oreja para que el buchis no notara que me dolía, Esteban viéndome y hablándole al buchis para distraerlo y el buchis aferrado a mí, jajaja…de lo más cómico!!  Al poco Esteban me comentó que parecía que ya me estaban afectando las contracciones, porque ya hasta caminaba “diferente”, jejeje…y sí, había pasado hasta ese momento con mucha entereza las contracciones, realmente no me habían hecho mella, pero ya con 5 cm. todo empezaba a verse diferente.
Me refugié en el cuarto del buchis, que tiene todo el piso de fomi y me la pasé un buen rato hincada, recargada en la cama individual, moviendo las caderas y haciendo respiraciones para aguantar la contracción. Llegó Angelina y me empezó a dar masaje y se me hizo delicioso porque mejoraba mucho el dolor. Sentía ya mucha presión…Decidí meterme a bañar para aliviar el dolor y bueno, no lo conseguí del todo pero sirvió para relajar un poco los músculos.
Pasó el tiempo y cerca de las 11 me volvieron a revisar…ya tenía 8 cm. y yo tenía muchas ganas de pujar porque sentía una presión tremenda, Angelina me pidió que pujara pero casi enseguida me dijo que parara, que todavía no era tiempo y que teníamos que hacer algunas maniobras para que bajara más Lalito, además de que nos dimos cuenta que venía un poco de lado, por lo que sería más difícil que saliera. Yo sentía ya mucho dolor para entonces, pero sobre todo la presión y las intensas ganas de pujar. Me senté en la taza del baño para ayudar a bajar y entre contracciones trataba de descansar. Angelina me puso una almohada en la espalda y me hizo sentir muy bien. Esteban comenzó a tomar fotos, porque a falta de fotógrafo, nos hizo el gran favor de dejarnos un recuerdo de tan bella experiencia. Un ratito después, nos fuimos a la cama e intentamos algunas posturas para acomodar a Lalito entre contracciones, pero me pidieron que no pujara para nada, lo cual fue muy difícil, porque mi cuerpo, mi ser entero me lo pedían casi a gritos. Finalmente, después de una serie, todo pareció reacomodarse. Me sentía tremendamente incómoda acostada, me dolían muchísimo más las contracciones y Angelina me dijo que me metiera otra vez a bañar para sentir alivio.
Así lo hice y llegó un momento en el que ya no pude seguir y me salí, me fui a la recámara y sentí muchísimas ganas de pujar. Me recostaron y volvieron a revisar. Tenía 9 cm.
Mi mamá de cuando en cuando se asomaba para ver cómo iba todo y en una de esas Angelina le pidió que viniera, que estuviera conmigo. No estaba proyectado que mi mamá estuviera en el nacimiento de Lalito, pero no se me hizo mala idea…Por lo pronto, mi papá se había quedado con el buchis en la sala y evitaba que subiera, salvo para ir al baño. En cierto momento, no recuerdo la hora, habló Jorge para decir que ya había terminado y que venía en camino, que esperaba poder llegar para ver nacer a su bebé.
Total que estuvimos cerca de 1 hr. con contracciones tremendas, que a veces me dificultaba respirar. Angelina me corregía para poder llevarlas con calma y lograr concentrarme. En el inter, dije que no podía más, que tenía que pujar porque era más fuerte que mis fuerzas, entonces empezamos a intentarlo. Me sugirieron intentarlo acostada, pero de plano me sentía muy mal en esa posición, luego Angelina sugirió que  apoyara un pie en la cama y el otro como si me hincara, pero tampoco me sentía a gusto. Total que mi cuerpo me manifestó a gritos que quería parir en cuatro puntos. Me apoyé en mi mami y comencé a pujar. Primer pujo intenso, segundo pujo comenzaba a asomar la cabecita de Lalito. Justo en ese momento, cuando terminaba el segundo pujo, llegó Jorge a la recámara. Me dijo: “amor, ya estoy aquí”. Yo no pensé en nada, estaba en mi mundo, concentrada en el siguiente pujo y en mi bebé. En un tercer pujo, instintivamente me erguí y quedé prácticamente hincada, de forma vertical, aferrada a mi mami que tuvo que hacer acopio de fuerzas porque prácticamente me le eché encima, jajaja y diciéndome “tú puedes nena, vamos mamita”…Angelina lo celebró porque así saldría con mayor facilidad (ahí es cuando admiro la capacidad de las madres para saber qué hacer para parir a sus bebés, jejeje) y después de un pujo intenso y con un alarido que fue como un grito de guerrera y suave ronroneo, salió la cabecita y el cuerpecito de mi bebé…lo habíamos conseguido!! 
Lalito nació a las 13:40 hrs. de un miércoles bipolar (entre sol, nublados y algo de lluvia), un miércoles igual que su papi, su mami y su hermanito (curioso, no??).  En seguida lo recibió Angelina, lo limpió, le sacó unas flemitas y me lo dio. Me recosté y enseguida comencé a amamantarlo. No tuvo problema para prenderse a la teta y empezamos a formar el vínculo amoroso de mamá e hijo. Mientras tanto, mi papá subió con mi buchis para conocer a Lalito, le dio un besito, le dijo: “hola Lalo” y lo veía admirado…Esteban seguía tomando fotos, a lo cual se sumó mi papá, mi mamá seguía con una cara mezcla de incredulidad, sorpresa, espanto y felicidad y yo, feliz, muy feliz porque lo había conseguido, había tenido el parto que había buscado, totalmente respetado, en mi casa, en el lugar donde había sido concebido mi hijo, con mis seres amados y con personas tan profesionales, amorosas y hermosas como Angelina y Esteban. Por fin me había conectado con mi hijo, después de tanto tiempo de buscar hacerlo y no conseguirlo…al sentir cuando salía de mí y escuchar su primer llanto todo cambió, la conexión mágica se instaló y lloré de emoción, de felicidad…sí, era una guerrera como me dijo Angelina, sí, era muy fuerte, una gran mujer que supo parir!!!
Platicamos un poco y me dijeron que pese a todos los esfuerzos, finalmente sí me había lacerado un poco, porque Lalito había decidido salir con su manita en la carita, en lugar del dichoso cordón que tenía en el cuello (ay sí, ajá!!)  ¬¬ Justo lo que no quería y que Esteban tuvo a bien recordarme, jajaja…por lo que me pondrían unos puntos de sutura. En el inter, unos minutos después expulsé la placenta en una contracción mientras amamantaba a Lalito, se sintió fuertísima!! :S  Y con razón, porque era gordísima!! y el cordón era muy grueso y largo. Me preguntaron que haría con ella y pedí sugerencias. Al final, se quedó en que una parte se haría tintura y la otra la enterraríamos en Temixco.
Pasaron cerca de 20 min. y procedimos a cortar el cordón, cosa que hice yo porque con el buchis le había tocado a Jorge y vestir a Lalito. Angelina le dijo a mi mamá que me trajeran de comer para reponer las fuerzas y ella misma bajó a picarme algo de papaya. Al ratito mi mamá subió con un tazón de consomé con verduras y pollito, pero yo tenía un antojo tremendo de bolillo con crema, jajaja :P
En lo que comía, pesaron y midieron a Lalito, lo vistieron y tomaron impresiones de la placenta y sus piecitos. Esteban llenó el certificado de nacimiento. Ahhh, pero antes me cosieron…Angelina me puso la xilocaina y mientras me cosía, Esteban me hacia cariños para relajarme y que no me doliera. 

“Soy una ingrata!!! jajaja...no,no es cierto, lo que pasa es que mi bebo y yo andábamos conociéndonos, tomando teta y admirándonos mutuamente
YA NACIÓ!!! Jajaja...
Lalito llegó a su hogar, lleno de amor, justo cuando papito regresaba del trabajo y cruzaba el umbral de la recámara, fue mágico y hermosooooo!!! A las 13.40 hrs. Pesó: 3,430 y midió (agárrense!!) 54.5cm. Después de haber roto bolsa a las 12 en punto de la noche (cual Cenicienta, jojojo) y de una última hora de trabajo super intensa para avanzar el último centímetro que nos faltaba...No pudo nacer en agua como me hubiera gustado, pero creo que fue hasta preferible, porque no sé si me hubiera acomodado, jajaja...prácticamente nació de "a perrito" XD jajaja...
Di-s!!! mil gracias por mi familia, por mi segunda bendición, por ponerme en el camino a Esteban y Angelina y lograr mi sueño!!! y sobre todo a mi tribu que siempre me sostuvo en los momentos tan difíciles de este embarazo...las amoooooooooooooo!!! MIL, MIL GRACIAS!!!
 (OJITOS REMI...)”

En fin…esta es mi larguíiiiiisima historia de parto, jejeje…y espero que pueda seguir leyendo cada vez más historias como esta, de partos respetados y amorosos, como deberían de serlo todos!!

Besos y abrazos a toda mi tribu que siempre estuvo conmigo, que me apoyó en mis momentos más oscuros y que nunca me abandonó. Las quiero hartooooo!!

Gracias, Karla, por ceder y compartir con nosotras algo tan tuyo. Un abrazo.


 
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